Cuento 2 años Duerme semillita: un cuento que nació del proceso
Hola familias,
¡Estoy feliz de volver a escribir para presentaros mi primer cuento: Duerme Semillita. ¡Ya está aquí!
Hay libros que no se escriben con prisa. No porque cuesten, sino porque necesitan tiempo...
Duerme semillita nació así: despacio, desde dentro. Antes de ser un cuento, fue proceso.
Antes de ser un libro, fue camino. El mío.
Un camino hecho de observación, de escucha, de volver una y otra vez a lo esencial...
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No empezó queriendo escribir un cuento
No empecé con la idea de escribir un libro infantil. Ni siquiera con la intención de publicar...
Todo comenzó durante mi proceso personal en el máster de arteterapia en Grefart. Mientras investigaba, creaba y me dejaba atravesar por el proceso, como sucede en arteterapia, empecé a escribir mucho. No como objetivo, sino como necesidad. Como una forma más de expresión, igual que el dibujo, la pintura o el juego con los materiales...
Ahí me di cuenta de algo importante: escribir siempre había estado presente en mí. Quizá por eso también abrí este blog, como un lugar desde el que compartir lo que yo iba descubriendo y disfrutando, con la sensación de que aquello que a mí me hacía bien podía resonar en otras personas.
Durante el máster, esa escritura volvió aún más al origen. A lo que hacía cuando era niña: dibujar, pintar, escribir sin separarlo, sin pensar demasiado, confiando en el gesto.
La escritura como proceso (no como producto)
No pensaba en edades, ni en formatos, ni en mercado. Escribía como se pinta cuando no se sabe muy bien qué va a salir, pero se confía en el gesto. Con palabras breves, rítmicas y suaves. Palabras que no explican, acompañan.
Con el tiempo, al releer los cuentos, fui sintiendo que ese lenguaje sencillo, esas escenas cotidianas y ese ritmo pausado conectaban especialmente con la etapa de los dos años. No por una cuestión teórica, sino por algo muy sencillo: a esa edad el mundo se comprende desde el cuerpo, la repetición, la emoción y el vínculo.
Los cuentos hablan de lo pequeño y lo importante: jugar, lavarse, esperar, cuidar, dormir, despedirse, reencontrarse... Escenas reconocibles, sin giros complejos ni sobreestimulación. Historias que pueden leerse en pocos minutos y dejar una sensación de calma y de esto lo conozco.
Por eso decidí enfocar Duerme semillita como cuento para niños y niñas de 2 años: porque su sencillez sostiene; porque no exige atención prolongada, sino presencia; porque respeta el ritmo real de la infancia...
Y, aun así, muchas familias me han compartido algo bonito: que estos cuentos también están siendo disfrutados por niños y niñas más mayores. Quizá porque no se dirigen solo a una edad concreta, sino a una forma de estar. Cuando un cuento nace del proceso y del vínculo, encuentra su lugar más allá de las etiquetas.
Cuando aparece la posibilidad de publicar (y decidir cómo)
El año pasado envié uno de estos cuentos a una editorial. Me propusieron publicarlo, pero las condiciones no resonaban con lo que yo sentía que necesitaba el proyecto. No fue un no rotundo, sino un todavía no así.
Decidí esperar.
Este año, a través de amistades, conocí Amazon KDP y apareció una posibilidad que, aun no siendo perfecta, sí era coherente con algo importante para mí: poder cuidar todo el proceso. Editar, revisar, decidir, crear y acompañar el libro de principio a fin.
Es cierto que en Amazon no puedo elegir algo tan significativo para mí como el papel final, vengo del diseño gráfico y sé cuánto habla el papel, y eso ha sido un pequeño duelo... Pero, a cambio, este formato me ofrecía otros valores que hoy pesan más: autonomía, honestidad, coherencia y la posibilidad de compartir el libro con el mundo sin perder su esencia.
Un libro que acompaña, no enseña
Duerme semillita no es solo un cuento para dormir. Es un libro que confía en la infancia, que respeta los ritmos y que invita a las personas adultas a bajar el paso.
Cuentos tiernos para dormir en calma, acompañar emociones y fortalecer el vínculo familiar desde la crianza respetuosa, que además incluye actividades de creatividad infantil.
Reúne 21 cuentos breves, ilustrados en acuarela, organizados en nueve semillas temáticas que hablan de jugar, explorar, cuidar, convivir, amar, sentir, agradecer y descansar. Y después de cada semilla, propone espacios para seguir acompañando: Una guía familiar para padres, madres o educadore, con una mirada que une respeto, ternura y escucha hacia los ritmos y emociones de tus hijos e hijas, que incluye:
- Tips y consejos para aompañar desde lo creativo y lo artístico
- preguntas abiertas
- juegos creadores
- propuestas sencillas para disfrutar en familia
Además, incluye un bonus: recursos extras descargables para sostener el vínculo más allá de la lectura:
- descargables creativos sobre el descanso para colorear, recoretar u crear libremente
- una playlist de música suave para la noche
- un cuento especial para madres y padres titulado El jardín de los grandes
Si sientes que este ritmo también es el tuyo…
Si buscas cuentos para niños y niñas tiernos y con un mensaje respetuoso que invite a la reflexión,
si deseas fortalecer el vínculo familiar y crear rutinas amorosas antes de dormir,
si valoras los libros que no imponen moralejas, sino que acompañan emociones desde el respeto y el amor,
si te atraen propuestas donde lo artístico, lo educativo y lo emocional se entrelazan con sencillez,
si buscas crear rituales familiares serenos, sin pantallas ni prisas,
y te interesa acompañar la infancia desde la calma, la presencia y la creatividad compartida…
Quizá Duerme, semillita ya esté llamando a tu casa 🌱
👉 Puedes encontrarlo aquí: Cuento 2 años Duerme Semillita
Porque los cuentos, como los niños y niñas, son semillas.
Tú también fuiste una… ¿Lo recuerdas?
Y cuando se siembran con presencia, encuentran su manera de florecer.
¡Gracias de corazón a todas las personas que han confiado en mi y me han sostenido en este proceso! Gracias a ti por leerme y llegar hasta aquí ¡Seguimos aprendiendo y cumpliendo sueños!
