Los Reyes magos, Olentzero y Papa Noel sí existen: Carta para los niños que se hacen mayores

Hola otra vez DEFDecorer@s ¿Qué tal? Lo sé, aún estamos empezando noviembre y ya estamos hablando de la navidad... ¡Pobre Noviembre! Lo cierto es que aún no queríamos empezar a hablaros de la navidad en el blog, pero después de lo que hemos vivido en casa las últimas semanas, nos parecía bonito compartirlo con todos vosotros, porque sin duda, es algo a lo que se enfrentan todas las familias con niños cuando se van haciendo mayores: Llega el momento de una de las más temidas preguntas para los padres y madres ¿Existen los Reyes Magos? ¿Existen Olentzero y Papa Noel?

Hoy no vamos a enseñaros ninguna idea deco, ni manualidad, ni muchas imágenes, ni ningún DIY... Hoy queremos contaros cómo hemos vivido esta situación en casa, y cómo el explorador sigue esperando las próximas navidades con alegría, como siempre. Si la exploradora esta misma noche ha estrenado su nueva puerta para el Sr. Pérez, él se siente cómplice y responsable por mantener la ilusión para con su hermana. La magia sigue en casa :)


Al empezar el curso la madre de uno de los mejores amigos del explorador nos dijo al resto de madres que su hijo llevaba tiempo sospechando y que finalmente le habían contado el Secreto de la Navidad. Antes de que nuestro hijo se enterara, le llegaran rumores o él mismo empezara a hacerse ciertas preguntas (que por otro lado ya llevaba haciendo desde muy, muy pequeño) decidimos contárselo con todo nuestro cariño, de la mejor forma que pudimos a través de esta carta:

Carta de los Reyes Magos, Oletzero o Papa Noel a tu hijx


Hola [nombre del niño o niña]:

Somos los Reyes Magos y Olentzero.

En realidad, lo importante no es que seamos Reyes, ni Magos, ni que tengamos magia... Lo importante es que somos unas personas que te quieren, que saben cómo sientes y cómo es tu corazón.

Sabemos tantas cosas de ti como tus padres: que te apasionan los animales, que te gusta jugar con los vídeo-juegos, que tocas la batería, que te gusta el rock, que te gusta hacer bizcochos y jugar al escondite, que eres un experto pescador y muchas cosas más... 

Sabemos que te esfuerzas en hacer bien las cosas, que intentas no pelearte con tu hermana  (aunque a veces no lo consigas) y que muchas veces ayudas a tus padres. Sabemos que ya tienes 8 años y… algunos meses más.

Sí, ya eres mayor. Y, por eso, ha llegado el momento de compartir contigo el secreto de la Navidad. Cuando un niño deja de ser niño y se convierte en hombrecito como tú, está preparado para guardar nuestro secreto sin decírselo a sus hermanos menores o a otros niños y niñas que no lo saben.

Sí, pocos saben la gran verdad… y, para conocerla, hay que ser capaz de guardar el gran Misterio de los Reyes Magos y Olentzero sin decírselo a los demás. Y es el momento de que lo sepas tú.

Nuestro gran secreto es que… nosotros existimos únicamente en el corazón, en el corazón de todos los padres y madres del mundo.

La verdad es que no existen ni Olentzero ni los Reyes Magos como personas… pues no podrían vivir eternamente. Los que ponen tus juguetes por la noche mientras tú duermes son… ¡tu padre y tu madre! 

Y te ponen regalos porque creen que durante todo el año te has portado súper bien, porque creen que eres un buen chico, un buen hijo, un buen hermano, un buen amigo, un buen nieto, un buen alumno, un buen explorador, un buen estudiante… en fin, un niño que se merece que sus padres le demuestren lo orgullosos que están de él.

Querido [nombre del niño o niña], tu padre y tu madre son felices porque tú existes, porque tú eres su querido hijo y no un niño cualquiera. Tus padres son felices porque disfrutan de ti, de tu inteligencia, de tu cariño, de tu manera de ser. Tienes la virtud de hacer felices a todas las personas que te quieren y eso… eso se merece una sorpresa tan grande como la de creer en Olentzero y los Reyes Magos.

Tu hermana es aún pequeña y por eso no podemos hacerle participar de este gran misterio. Hay que guardar el secreto. ¡Es una gran responsabilidad! Tú, que sí lo conoces, debes ayudarnos a mantener en ella la ilusión cada año, que ponga sus zapatos bajo el árbol. Cuando sea tan mayor como tú, Olentzero y los Reyes Magos nos encargaremos de escribirle una carta también a ella. Contamos contigo para que no se lo cuentes. La dejaremos creer en Olentzero y  los Reyes Magos unos años más.

Un beso enorme de Olentzero,  los Reyes Magos;  y de aita y amatxu.
¡Te queremos mucho [nombre del niño o niña]!


Escribimos la carta, preparamos un bonito sobre y lo llevamos a correos. Se la podíamos haber dado en mano, pero en ese momento nos gustó la idea de que encontrara la carta en el buzón, dirigida a él, porque suele decir que él nunca recibe cartas... Cuando cogió la carta, le dijimos que la leyera tranquilamente en su cuarto, y no os voy a engañar, ¡¡Yo estaba tan nerviosa!! No paraba de pasar por delante de su puerta esperando una reacción pero él, a pesar de ser un niño muy inquieto, seguía leyendo con cuidado la carta sentado en la mesa de estudio, su silla de tortura particular.

Levanta la vista, me mira y sonríe... Yo emocionada le doy el abrazo con más amor del mundo... ¡Cuánto te quiero mi vida, que mayor te estás haciendo! pienso. ¿Sois vosotros?¿Cómo lo hacéis?¿Dónde guardáis los regalos?¿Porqué?¿Cuándo? Me somete a un tercer grado, pero él está feliz y después de hablar acerca de todo ello un buen rato y entender mejor las cosas, más aún... Amatxu ni me lo imaginaba... 

Mi pequeño, tan alto, tan valiente, tan activo, tan inocente, tan él... Sigue siendo mi pequeño 😍😍😍 ¿Piensas que nos hemos equivocado al contártelo ahora? le pregunto... No, ahora yo también podré participar, y si queréis os puedo ayudar a hacer algún regalo o acompañar a por ellos. ¡Me lo como! 🙌🙌

Imágenes Vía Villeroy & Boch

Por la red hay otro texto que cuenta una historia, y tal vez os guste más o se la podáis contar mientras estéis hablando del tema: 

Cuando el Niño Jesús nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:

— ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.

— ¡Oh, sí! —exclamó Gaspar—. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.

Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:

— Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.

Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y su voz se escuchó en el portal:

— Sois muy buenos, queridos Reyes Magos, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?

— ¡Oh! necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero no podemos tener tantos pajes, no existen tantos.

— No os preocupéis por eso –dijo el Niño–. Yo os voy a dar no uno, sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.

— ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible?—, dijeron a la vez los tres Reyes Magos con cara de sorpresa y admiración.

— Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños?

— Sí, claro, eso es fundamental—, asintieron los tres Reyes.

— Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?

— Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje— respondieron cada vez más entusiasmados los tres.

— Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?

Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que el Niño Jesús estaba planeando, cuando su voz de nuevo se volvió a oír:

— Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes Magos de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, yo ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices.

Os prometemos que fue natural, sencillo... y estamos seguros de que nuestro hijo sigue esperando con ilusión  a los Reyes Magos y a Olentzero, de hecho, ya está haciendo planes con su hermana, siendo responsable con ella, cómplice, hermano mayor, de esos buenos a los que una hermana pequeña adora... y nosotros, no podemos estar más orgullosos.


¿Qué versión os gusta más? ¿Cómo llevéis el tema con vuestros hijxs? 
¡Sed felices!

¡Os esperamos en nuestras redes sociales!